miércoles, 8 de junio de 2011


"Siempre pensé que con el tiempo la gente llegaba a un conocimiento profundo de sí mismo, sin embargo, puedo decir que yo aprendí muy pocas cosas de mí: Sé que me gusta cocinar, comprar ropa de segunda mano y el café con leche en taza grande. Sé que en el juego no tengo suerte, y en el amor...podrán pensar que no hay tipo que me venga bien, pero cualquiera que se enamore de mí me resulta sospechoso. A veces pienso que las parejas son como las comidas, todo depende de la combinación de los ingredientes. A veces funciona, y otras... Con mi último ex éramos como el vinagre y la crema, una unión imposible. O el chico del delivery, con él éramos como sandía con vino, dos delicias... (por separado). Ahora cuando cocino me acuerdo de alguno de mis ex. Parece mentira, pero después de tantos sabores, todavía sigo buscando esa combinación perfecta. Ahora puedo decir que aprendí dos cosas nuevas sobre mí: me molesta mucho que todos quieran ser inolvidables, sobre todo porque algunos lo consiguen. También aprendí, que en el amor y la cocina, las combinaciones imposibles a veces resultan perfectas".