domingo, 8 de abril de 2012

De 4 Non Blondes, de "and I said hey, hey, yeah, yeah, what's going on", del Principito, o cuadernos empezados, -destinados a morir- con páginas en blanco, de una guitarra sin experiencia, y del blues. De ella, (que es un 'ellas' escondido: la morocha alta que merece un premio a su paciencia, la flaca culona que me ama hace quince años, y la amiga que es amiga hoy y siempre), de él, que me escribe "buenas noches, tierna" y me regala su bufanda, que me compra chupetines verdes, por saber que son mis favoritos, (como él, que es mi favorito) y sonríe, me sonríe. De la música, la mía, la ajena, la buena, la mala, la que se escucha en radios, la que se escucha en latidos, la que subyace en miradas. Del arte, que me ama, y me entiende aunque no me aclara. De Ray Charles, de su Georgia, de su droga, de su éxtasis, de su ceguera, más clara que mi vista. Soy de la última pitada, del último vals, de la última hora en la que amaste. Soy del mundo, y del espacio, de la nada. Soy de mi lapicera Faber-Castell que se me acaba, y de los borradores de mi celular, soy de mis amigos, de mis amantes, de mi futuro. SOY DE MI PASADO, y siempre seré de mi presente, sea cual sea.
Soy de todo, y a veces de todos. Soy más mía que de alguien, soy más de alguien que mía, pero soy.