martes, 23 de abril de 2013

XXIII

Tengo tus ilusiones guardadas,
intactas.
Te prometí una vez guardar una copia de cada sueño tuyo por si acaso,
por si un día de estos te cansas y queres
tirar todo a la basura
y después quemarlo.
Fue ayer que dijiste "basta" y fue mi turno de salvarte.
¿Quién puede vivir sin sueños o recuerdos o ese cofre de cositas que todos guardamos en algún lugar de nosotros?
Fue mi turno de salvarte,
ensayamos memorias ya hechas para que te volviera la sonrisa.