domingo, 29 de marzo de 2015

Corrientes al 1900

Miramos el Obelisco fijamente, un rato largo
apostamos, queríamos saber cuánto medía
y queríamos besarnos

me mostró balcones
                 cúpulas
                 librerías
                 y sus manos
fue la cerveza más larga y más rica
y eso que a mí no me gusta la cerveza
me contó de su familia fantasma
               de sus fantasmas ajenos
               y le conté de los míos
hablé por horas y él habló lo mismo
"sos mi mejor psicóloga" me dijo
y pidió una cerveza más

una porteña oportuna pasó vendiendo rosas
él compró una
me la dio
dije gracias tratando de no parecer tan obvia.

Buenos Aires se rindió a los pies de la inocencia y las buenas intenciones.

Nunca vi ciudad más linda
que la suya.