lunes, 21 de septiembre de 2015

teoría de porqué quizás te estoy queriendo

Tengo esta teoría del amor y no sé muy bien qué hacer con ella.
Podría 
dejarla a la deriva, esperando a que coincida con vos.
Podría
alimentarla de canciones de Air Supply, películas de Anne Hathaway y el capítulo 13 de Rayuela.
O podría
simplemente
metérmela en el culo.

Es que mi amor es fácil, mi amor, es tan fácil.
Es eso que pasa entre que me sirvo una vaso de cerveza helada, helada de verano con amigos y escondidas en ambientes climatizados, y que la misma cerveza en el mismo ínfimo vaso de repente esté caliente, casi como restos de, sombras de, sobras de, pero sólo casi porque no hay resaca sino el tiempo que pasó mientras te escucho a hablar de porqué guardas ese disco de Fito Páez si no te gusta Fito Páez y que tu viejo. Tu viejo tal cosa, y tu vieja tal otra. Y el vecino, y el gato, y las vías del tren, y Oscar Wilde, y sentirte tan solo, y tan cerca, y tan de rodillas y tan todo, todo, todo y me decís que de repente yo. Sí, yo. Yo que no sé qué pero que escribo y vos que no sé muy bien pero lees.
Yo que no sé cómo pero sí.
Y es ese concierto y la mesa treinta. Y Cristina Dall, y vos espiándome, como si yo fuera ella, o mejor, y más exacta, y menos acorde pero más a la intemperie. Tan pronta de que me quieras.
Y el amor es odiarse, porque lo natural es odiarse, y yo te odio. Tanto que podría matarte, podría chupar sangre de tus entrañas y morderte las tripas y extirparte los sesos y dejarte ahí, tirado asustado sudado y con miedo. Podría, creeme, podría, pero no lo haría. Porque el amor es odiarse, repito, claro que sí, pero no dejar que el odio se haga carne. No admitirlo.

"Ojala te enamores" dicen los gitanos cuanto te desean el mal. 

El amor también es el grito. Y la sed. Y chocar bajo tu espalda y caer contra tus dientes. Limpiar la bañera con aceite. Sacar la basura sin permiso. Darle de comer a la tortura. Que la tortura tenga forma de. De rata, de miedo, de manos. Las tuyas. Y que duela. Porque sino duele no mata. Y sino mata no sirve. 
Es la puerta del baño abierta y que Eric Clapton venga a comer con nosotros. Es comida rápida porque nunca hay tiempo. Es que nunca haya tiempo para comer por tener la boca llena de lenguas y de ramas y de pinos. Una casa con diez, también. Con diez de lo que quieras, mi amor, de putas o ranas o cáncer. Diez metralletas para dispararle a los encantos. Diez copias de Norah Jones para que se te pare. Diez copias de Marlon Brando para que me moje. Diez acentos, diez banderas, diez hectáreas de alfalfa y vino tinto. Diez veces diez vos. El amor es contraerse. Y pujar. Y parir lo que uno pueda. El amor es vomitarte. 
Y saber / que / se termina.

Ay, esta teoría. Esta teoría tan pobre. Se escribió sola en tu cama.