sábado, 20 de febrero de 2016

Otro atardecer sin ahorcarte

Juro que no es el calor
no es la humedad
no es el dolor de rodillas
o no tener plata.

No es no respetar a mi jefe.

No es llorar por vicio o costumbre
no es perder la paciencia y gritarle al colectivero
y después tener que pedir perdón
diciendo que no es mi culpa sino la tuya.

No es fingir que me gustan estos besos
de estos labios
que me acompañan a tomar el subte como si fuera importante
para después no recordar mi nombre, mis gestos
o la forma convexa de mis inocencias.

No es no poder escuchar el primer disco de Maria Cueto sin pensar
en que estuvimos
tan cerca (de todo).

No es el café frío o el pan duro
no es el reloj sin batería
ni las llamadas de números desconocidos que no atiendo por las dudas.
No son los kilos de más
ni las cejas mal depiladas.
No son las cuerdas viejas de la guitarra imposible de afinar
/esperar el colectivo más de media hora
/llegar tarde
/no tener donde dormir.

Sos vos.