Querido, te amo, dos puntos:
Me duele el culo de no dormir contra vos. No hay cómo hacer poesía con eso.
Es que estoy sola y hace frío y hace tiempo.
Es que estoy sola y hace frío y hace tiempo.
Extraño las razones para no tenerte cerca, -que son muchas, por cierto, como acabarme adentro, no pedirme que me quede, darme de comer migas de pan viejo como a una paloma turista-. Extraño negociar entre la coherencia y las ganas y empatar conmigo misma.
Uno más uno es diecinueve casi veinte que dividido insomnio es treinta y tres que menos conformismo da algo así como catorce.
Ahora andá y comprá esa casa en Floresta sin mí. Y el piano vertical en doce cuotas sin interés y la estufa eléctrica y las sábanas nuevas. Que alguien más te ame sobre la mesa del comedor como yo la última vez.
Sí, querido.
Sí, querido, yo te amo, pero.
Sí, querido, yo te amo, pero.