domingo, 16 de octubre de 2016

16 de octubre del 2015

El día antes a que Santiago muriera
en la tapa del diario Clarín arrancaba la venta de viagra femenino en Estados Unidos.
Me acuerdo porque yo iba en el 39 hasta Barracas
y un señor de pelo viejo y sonrisa adolescente iba leyendo esa nota. 

Le dije a Santiago lo del viagra cuando me sirvió el primer mate y jodiendo me dijo
"te voy a regalar eso para el cumpleaños de tu pibe".
Faltaban cinco días.
Me reí porque el viagra no hacía falta y porque Santiago estiraba las cejas para arriba de tal manera que no podía no reírme.

Buscamos en YouTube alguna lista de reproducción que incluyera todos los temas de Dirty Dancing porque nunca coincidimos en gustos de música pero sí en Patrick Swayze.

Le dije que me estaba separando
y con las paletas chuecas
y la risa de cerdito
me preguntó hace cuánto y hasta cuándo.
Tenía razón.

Fumamos porro y me contó que el padre lo había golpeado unos días atrás.
Porque Santiago era puto y declarado.
Porque le daba vergüenza que su hijo no viera porno de rubias y tetonas
sino de negros con pijas promedio.

Seguimos fumando.

Me acuerdo que comimos pizza fría por la tarde.
Santiago se quejó de mí porque nunca le había cocinado. Le dije que tenía razón,
que el sábado que viene voy a hacerte canelones caseros que aprendí a hacer hace poco,
pero sólo si vos haces los mojitos de la otra vez.

Un par de giladas después me acompañó a tomar el bondi
y ni siquiera lo abracé.
"Avisame cuando llegues a tu casa", me pidió por favor pero cuando llegué a casa me olvidé.

El lunes a la mañana, tipo ocho, atendí una llamada de un número desconocido.
Era Johana, la hermana de Santiago desaparecida en acción, cuyo rostro yo había visto sólo una vez en tres años de amistad con Santiago,
Johana, la del departamento en Mar del Plata y el novio con moto y auto,
Johana, la de "quedate con papá que te quiere más que yo",
y Johana, la de "Santiago se mató, mañana es el funeral".

No fui al funeral y no supe más de la familia Córdoba

...

Nunca llegué a cocinarle.