viernes, 17 de marzo de 2017

FestiPEZ vs. euforia

La primera vez que salimos fue a un FestiPEZ, ¿te acordás? Guardé la entrada. Me acuerdo que te esperé sentada en la vereda del Konex con una lata de cerveza mientras adentro tocaba Morbo y Mambo. Llegaste tarde pero llegaste. Y yo tenía puesto un vestido que había comprado en la estación de Liniers y que tenía olor a tortilla salteña y yo me había llenado de desodorante porque quién quiere oler a tortilla salteña cuando va a ver al pibe que le gusta. Y me gustabas tanto. Tanto que todas las pollitas de Sorin sabían que te estaba esperando (incluso Lu me dijo al otro día que me mirabas con amor, y yo tan tuya desde el día menos uno le creí). Fue la vez que subió Outeda a cantar A dónde está la libertad y esa canción no es de amor pero es nuestra canción de amor porque también la tocó Cristina Dall con Willy Quiroga un par de meses después y porque la primera vez que dijiste "me gustas, ¿no te das cuenta?" fue el día que subí al 106 número 7 y justo en la radio sonaba ese tema, pero el orishinal; era Pappo haciéndome creer que eras vos. Mirá si me subía al primer 106 que asomaba la trompa por Av. Gaona y Nazca. O al segundo, o al tercero o incluso al sexto. Pappo no me hubiera hablado y hubiéramos escatimado en besos adolescentes en la parada del bondi.
Cuestión que era el FestiPEZ y estábamos ahí y yo estaba nerviosa pero feliz porque casi no consigo las entradas porque cuando llegué a Locuras estaba cerrado y tuve que tomar un taxi hasta el Abasto (odio los taxis porque siempre me tocan tacheros fumadores fanáticos de La Mosca) y llegué a Ticketek y un pibito con el logo parado al final de la fila me dijo no ya no vendemos más y eran las ocho y yo le dije por favor, es un toque, son dos entradas nada más. Claro que no le conté toda la historia de cómo unas semanas antes había conocido en un sucucho comunista de Flores a un pibe que sabía tanto de blues como para escribir una novela y que me hizo tocar el bajo y que se llevó una letra gila que escribí que después hizo canción, aunque ahora que lo pienso yo creo que si le contaba me hacía pasar al frente de la fila porque una historia tan así como nosotros es digna de no hacer fila para comprar las entradas de la noche en la que empezó todo. Yo digo, nomas.
Cuestión que estaba feliz pero no tenía donde dormir porque no había pensado en ese detalle y cuando Minimal dijo gracias buenas noches me preguntaste qué iba a hacer y me dijiste bueno ahora vemos y subimos a un bondi hasta Floresta que casi lo perdemos porque te fuiste atrás de un árbol a mear y yo te grité ¡ahí viene! y corriste y nos reímos y subimos al bondi y nos sentamos y resulta que en todo ese ratito ya habías arreglado con mi prima que yo dormía en su casa y justo te llamó por teléfono y me pasaste el teléfono y arreglamos que íbamos a tu casa a buscar la guitarra y después íbamos para Chacarita y bajamos del bondi. Y me agarraste de la mano por primera vez y yo no conocía Floresta pero esa noche dije uh, este barrio me encanta (un tiempo después ya no me iba a gustar tanto) ¿y te acordás que pasamos por la puerta de un bar? y un tipo te dijo "muy bien, eh" y vos me miraste y dijiste "sí, ¿no?" y aaaaaaaah llegamos a tu casa y conocí a tu perra y a tu gata y me senté en el piso porque bueno, me gusta sentarme en el piso, y tu perra se me sentó arriba y después vos te acostaste con tu cabeza en mis piernas y me contaste un poco de vos y de tu casa y de tus novias. Y después de un fernet fuimos hasta Chacarita y nos reímos con Ana y Gastón y fuimos a dormir y dormimos en el piso porque era verano y Ana y Gastón todavía no tenían aire acondicionado entonces durmieron en el living también. Y al otro día te despertaste treinta segundos después que yo pero fuiste un poco más valiente y me diste un beso en el brazo como diciendo buen día y ahí empezó todo. Y el FestiPEZ éste era supuestamente el último FestiPEZ.


Ahora, resulta que ahora vos y yo ya no somos ni de cerca eso que empezábamos a ser aquella vez, hay un FestiPEZ en puerta y fui a comprar la entrada y en Ticketek no había nadie en la fila para contarle que te quise un montón.