Empezó en una esquina de Flores, alguien adornaba nuestra primera impresión con una remera de El Perrodiablo y olía a porro y a comida vegana.
En el medio,
me debato entre contar porqué te quise tanto o porqué no debí quererte así.
Madrugadas, las hubo todas, algunas compramos casas por Floresta y pianos en muchas cuotas y otras confundiste mi nombre con una estación fantasma y quise irme pero no soy tan fuerte
ni tan astuta
ni tan valiente.
En el medio,
La mimada del blues y otros cuentos, sexo oral en cama ajena, muchedumbre y pisar el piso frío descalza.
En el medio,
la paciencia de la araña, creerme invencible y perder la guerra.
En el medio,
comer vidrio en Paternal y vomitar en Belgrano.
(Y así es como hago un resumen de esta herida pendiente).
