Vendo simulacros de corazones rotos
Orgasmos pendientes
Telones y abismos
Y una almohada usada.
Vendo ovarios retorcidos
y una vez al mes en cama.
Vendo la memoria dulce y fiel
de un ángel astuto que ahora cuida
de mi espalda.
Vendo gatillos, sogas, armas y coraje para darse cuenta
que morir
no arregla
nada.