Esa vez que nos dijeron que
no
y el no se volvió rutina.
Fuimos a comprar el libro,
uno de Bukowski con poemas de sexo
(que tanto nos gustan)
y no.
"No lo tenemos".
Después el helado
"No hay frutilla
no hay chocolate
no hay helado".
Pensamos que camino a dormir en la plaza
no iba a haber plaza
o sueño
y fue así.
Nos perdimos, ¿te acordás?
Pero vimos una especie de esquina a mitad de la calle
Pateleaste y nos sentamos.
"Dado el expediente
el modus operandis de nosotros
vos no me querés"
"No, te estoy amando, ¿qué más querés?".