miércoles, 19 de marzo de 2014

Yo no fumo

Yo no fumo.
Mi viejo tuvo un infarto y me prometí a mí misma que nunca iba a fumar.
Tampoco fumaba antes, pero libre de vicios temí por mis pulmones así que hacer una promesa pareció una solución. Prefiero los vicios en la sangre, en el estómago, en el corazón. ¿Qué puedo decir? Me gusta respirar.
Yo no fumo, dije, pero a veces quisiera; tener un pucho entre mis dedos, los labios cubiertos en rouge, tacones más altos que mis orgasmos y ninguna prenda puesta, sólo para poder competir con tu pornografía, con el deseo que largas cuando me llenas el pelo de humo, para después agarrarme un rulo y peinarlo como si de prepo me cuidaras más de lo que me coges, todo esto un segundo antes de tu lengua en mi garganta diciéndome "te cuido como te cojo".
Porque sólo así se me ocurre que te puedo ganar, dándote un poco de lo tuyo para que, mierda, entiendas de lo que sos capaz en mí.