lunes, 8 de agosto de 2016

si hay resaca que nos venga a salvar

El primer trago va por los orgasmos,
qué pena.
El segundo trago por los anzuelos,
qué astuto.
Tres tragos por las esquinas de una ciudad sólo nuestra.
El cuarto por ese cartel jodido en la esquina de San Nicolás y Av. Gaona que en Arial 24 decía "esta ciudad se reserva el derecho de admisión" y nos desalojaron por tener pinta de ausentes,
qué oportunos.

El trago número cinco porque pienso llegar a diez y las mitades me gustan.

Tomo el sexto porque quién te quita lo bailado.
El séptimo porque si Eric Clapton no puede tocar más, que las canciones de amor te las escriba un fantasma.
El ocho ya arde, hay otras cosas que preferiría probar a esta hora.
El noveno, lo siento en la garganta, ya es estar tocando fondo.
El décimo por supersticiosa, rompí un reflejo en Floresta, no quiero morir por impar.

Salud por el último beso, entonces.

Sabía a birra caliente y sangre hirviendo en las manos.