miércoles, 30 de diciembre de 2015

De salir con un músico aprendí

De salir con un músico aprendí que
canción con canción se paga.
Que si él escribe
perdón por rendirme / no puedo seguirte
yo voy, le escupo y escribo
lo de anoche estuvo bien / pero no fue lo que te pedí
escribo que quise quedarme un rato más,
que bla bla bla
y que yo, ya una cobarde,
te declaro mi mayor derrota.

Otra cosa que aprendí es que Memphis Minnie hubiera sido el amor de la vida de Son House y que Joe McCoy fue mejor amante que marido.

Aprendí que el hombre con más suerte del mundo es el baterista de Norah Jones,
(cualquiera que tenga una excusa para verla de atrás todo los días)

Que para el desayuno, Motorhead.
Que para la siesta, Spinetta.
Que para caminar por Floresta, Eric Clapton.
Que para llegar a casa, cualquier cosa suena bien, pero que Aretha es la más entusiasta.

Aprendí que, y esto fue la novedad,
es mejor coger sin música.

Pero por sobre todas las cosas,
de salir con un músico aprendí
que si fueras abogado
tenista,
nazi,
o incluso mujer,
yo te querría igual.